viernes, 17 de abril de 2009

Los trabajadores del mar

"La religión, la sociedad, la naturaleza, tales son las tres luchas del hombre", que Víctor Hugo exploró, respectivamente, en Nuestra Señora de París, Los Miserables y Los Trabajadores del Mar.

Esta obra apasionante se centra en la historia del amor no correspondido, de Gilliatt, hijo de una mujer que siempre vivió marginada, por la bella Deruchette, sobrina de un marino enamorado de su barco de vapor.

Llevada por extraño capricho, un día Deruchette había escrito en la arena del nombre de Gilliatt, y desde entonces el poco agraciado hombre creyó haber encontrado el amor.

La nave naufraga víctima de las intrigas de un personaje ambicioso, por lo que Mess Lethierry, el mencionado tío, ofrece la mano de Deruchette a quien logre rescatar la maquinaria del barco, encallada cerca de la costa.

Gilliat lucha contra la naturaleza y contra sus propias debilidades, para realizar la proeza, e incluso tiene que enfrentarse a un temible pulpo, que casi acaba con él.

El enamorado sobrevive y triunfa de todos los peligros del mar, pero no puede prevalecer en el corazón de su amada, quien sueña con Ebenezer, un joven ministro anglicano, con quien finalmente se casa, con la oposición de su tío, y con la ayuda de Gilliatt, quien al igual que la propia Deruchette, buscaba la belleza en el ser amado.

Mientras Ebenezer y Deruchette se alejan en un barco de vela, Gilliatt se adentra en el mar, para morir en sus aguas, perdida toda esperanza.

Gran parte de la obra es el paciente relato de los trabajos de Gilliatt para escatar el alma de la nave, pero al igual que en Los Miserables, encontramos elementos distintivos, como los apasionantes ensayos sobre temas como la hipocresía, la noche, la hechicería o los pulpos.

La edición que comento data de 1970, y es de Editora Nacional, que con una presentación sencilla, económica, en papel amarilletos, y con portadas ilustradas con una sencilla viñeta, publicó muchísimas obras clásicas: los diálogos de Platón, las obras de Nietzche, el cándido de Voltaire, las obras de Tostoi y Dostoyeski, así como libros que es difícil volver a encontrar, en el mercado, como La guerra de Tejas, de Filisola y la Historia de la Revolución Francesa, de Thiers.

La editorial estaba ubicada en Dr. Erazo 42, en la colonia de los doctores, local ocupado ahora por una inmobiliaria, y obras como la de Víctor Hugo en aquel tiempo costaban unos cuantos pesos, pues los precios de libros como los mencionados oscilaban entre 8 y 50 pesos.

En el mundo perdido de hace apenas unas décadas, existía en la Alameda una librería de Cristal, dividida en varios quioscos, y uno de ellos correspondía a la "sección popular", llena de libros como los de Editoria Nacional, de obras que son tesoros, que se vendían por bien poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario